Poemas eroticos :  Crucifixión.
Jesús Atado a la Columna en Pleno Salón de los Espejos del Palacio de Versalles Recibe los Latigazos.

Hermoso el muchacho divino y ardiente
atado a la columna, con rosas en la boca,
a sus pies los lirios de la blanca roca,
exhala en sus labios perfume inclemente.

Versalles reluce como un ascua de oro,
doradas las antorchas repiten los espejos,
y el ojo arañado se irrita al reflejo
del látigo impío del soberbio foro.

Al muchacho hermoso le hieren la espalda,
relumbran doradas las lámparas gualdas,
la sangre purpurea, carmín, va al espejo.

Y exquisitamente sus morados labios
prueban zumo verde, verdísimo y agrio,
y pájaros azules se oscurecen lejos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.



Jesús Atado a la Columna en Pleno Salón de los Espejos del Palacio de Versalles Recibe los Latigazos. II.

Atado a la columna los espejos brillando
como un ascua de oro, las estatuas preciosas,
con la noche en los ojos y en la boca las rosas,
el látigo furioso su espalda lacerando.

Aves del paraíso doradas reflejando,
carmín y grana puro de su espalda gloriosa,
y pájaros azules sobre el mar emigrando,
la pasión del muchacho sublime, fastuosa.

El látigo de púas le hace daño en la espalda,
brillan sobredoradas y hermosas las estatuas,
y Versalles reluce como insólita ermita.

Todo es malva, granate, esmeraldino, gualda,
el muchacho se bebe vinagre verde y agua,
y las lámparas de oro en los espejos gritan.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.



Jesús Atado a la Columna en Pleno Salón de los Espejos del Palacio de Versalles Recibe los Latigazos. III.

Corcheas de sangre, laberinto de espejos,
diez soldados romanos al Divino apalean,
es rojísima y púrpura la perfecta pelea,
colibríes de oro vuelan verdes y lejos.

Versalles radia en oro como limpio azulejo,
y es granate y violeta la desangrada brea,
al muchacho laceran con impostura fea,
Ay el látigo curvo, y el oro circunflejo.

En la espalda de Cristo manantial de rubíes,
gotas de sangre roja en los limpios espejos,
las estatuas doradas son un testigo mudo.

Bebe un zumo muy verde el muchacho perplejo,
beben zumo muy agrio sus labios carmesíes,
todo es oro a su cuerpo torturado y desnudo.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.



Varios Muchachos de diezyseis años Desnudos dan Latigazos a un Jesucristo Desnudo de diezyseis años en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.

Cisnes y gallos, apolos diamantinos,
querubes de bellísima figura,
con látigos de púas cristalinos,
a Jesucristo laceran y torturan.

Al divino muchacho lo desollan,
y Versalles, en un éxtasis morado,
relumbra con todos sus dorados,
con estatuas de oro que descollan.

Los muchachos son bellos y son crueles,
en sus labios hay rosas y claveles,
son sus falos preciosos, tremebundos.

Y Jesucristo se bebe un vino verde,
mientras los látigos de púas muerden,
y hay vencejos azules y fecundos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Varios Muchachos de diezyseis años Desnudos dan Latigazos a un Jesucristo Desnudo de diezyseis años en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.

Rodeado Jesús de ángeles malos,
sufre la púa del látigo furioso,
y la espalda chorrea generoso
sangre, hay largos, largos falos.

Y Versalles fulgura como un halo
de santidad sobre el chaval desnudo,
pasan azules los vencejos mudos,
muerden los látigos como los escualos.

Brillan doradas estatuas, los espejos
duplican carmesíes las figuras,
hay colibríes muy naranjas lejos,

los muchachos son bellos y son crueles,
y espléndidas de oro y amargura
el chaval saborea verdes hieles.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.



Varios Muchachos de diezyseis años Desnudos dan Latigazos a un Jesucristo Desnudo de diezyseis años en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Y entonces los Pavos Reales desplegaron sus Colas.

Furioso látigo, púa, espalda sacratísima,
adolescentes de tobillos finos,
ojos verdes, tormento esmeraldino,
y granate, y púrpura violentísima.

Y lámparas de oro preciosísimas,
y el muchacho tan dulce como un cielo,
y resbalando naranja por el hielo,
un espanto de agujas tan finísimas.

Y fulgurando Versalles un tesoro,
y todo a su cuerpo cristalino oro,
y desnudo entre desnudos torturado.

Y bebiendo vino verde el buen muchacho
y un terror de pavos reales machos,
diez mil crisoberilos reflejados.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.



Varios Muchachos de diezyseis años Desnudos dan Latigazos a un Jesucristo Desnudo de diezyseis años en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Y entonces los Pavos Reales desplegaron sus Colas.

Oro puro Versalles, Versalles oro puro,
exhibían sus colas los pavos reales,
y un tormento de púa, un tormento muy duro
al hermoso muchacho le daban sus iguales.

Eran espejos verdes espejos sensuales,
al hermoso muchacho lo tenían desnudo,
y sin decir palabras, magníficos y mudos,
cíclopes de oro verde se alzaban irreales.

Al muchacho le pegan, azotes carmesíes
le dan otros muchachos con látigos terribles,
mil vencejos azules, mil colibríes granas

pasan sobre su espalda teñida de rubíes.
Versalles brilla en oro, en un oro irascible,
y el muchacho se bebe zumo de manzana.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero..
Poeta

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