Poemas : ¿Por qué huyes, mujer? |
|
---|---|
¿Por qué huyes, mujer?
Por qué huyes, mujer y te alejas eludiendo mi presencia Te volviste indiferente, clavándome el puñal de tu sentencia Perdóname mis atrevimientos y la cultura de mis imprudencias No volveré a mis andanzas y seré del alcohol, la abstinencia No seré capaz de soportar los amores y las pasiones de tu ausencia Las paredes se caen solas y el jardín sin flores se marchitan, eludiendo tus advertencias Por qué te escabullas mujer y en silencio te escondes y me abandonas Si yo lo que quiero es bajarte la luna y de sus rayos te ilusionas Ser tu lucero que siempre te acompañes y el que tú siempre ambicionas Quiero que seas mi volcán y en mi boca tu lava hirviente erupcionas Quiero que seas mis cartas, mis naipes, mi ajedrez y mi reina juguetona Quiero que seas mi temblor, que tu corazón con pasión aprisionas Quiero que alejes a todas mis pretendientes, que por las ventanas se vuelven chismosas y mironas Por qué me evitas mujer, y en las tinieblas de la oscuridad tiende a desaparecer Por qué tus rayos y centellas me fulminan y calcinan al amanecer Por qué no te dejas amar y querer y con una orquídea colombiana, te dejas sorprender Por qué mujer, dejas que mis lágrimas se vuelvan ríos sin comprender Por qué permites que mis ojos se cierren y mi pabilo se apague al encender Por qué me castigas con mi sufrimiento, haciéndome estremecer Por qué eres así mujer, si yo te amo hasta que mis fuerzas se apaguen al anochecer Por qué te marchaste sin avisarme, sin adioses, ni despedidas Si tú eras la mujer, la amante, la querida, de todas mi única preferida Si tú eras mi jardín florecido, de pétalos de colores revestida Si tú eras mi licor, mi aguardiente, mi bebida predilecta, de atardeceres y amanecidas Si tú eras mis risas, mis carcajadas, de cuentos y anécdotas perseguidas Si tú eras mis amores, de mis experiencias vividas Ya no huyas más mujer, te lo pido desde de mi espíritu y corazón profundo Mis fuerzas y energías se agotaron, voy por la vida maltrecho y vagabundo Te amé, te rogué, te acaricié, te adoré y con tu ingratitud, me enterraste sin días, sin horas, ni segundos Se me ha ido la vida persiguiéndote y ya estoy cansado, ojeroso y moribundo No valió la pena, si huiste y mi alma voló por los vericuetos del infinito desconocido “Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga sep 10-2020 |
Poeta
|