Poemas : Aceras movedizas |
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Ya se alejan las inmóviles aceras
con los pasos de la gente aglomerada y se alejan las aceras aledañas con fronteras ciudadanas de cemento. Y la piedra del cemento que se asienta ni se mueve ni consiente que se muevan las aceras las aceras que se alejan con su gente de la fuente de mi sano entendimiento. Las aceras movedizas no pretenden encontrarse con mi falsa comprensión y alienadas, taciturnas, lastimadas, contumaces, me derrotan, me derriten, me disuelven como azúcar bajo lluvias invernales. Y así entro a las iglesias sin permiso y las misas se disparan sin cesar y bendito aquél que llora sin consuelo y bendito aquél que grita sin aliento sin descanso, sin alivio, sin sosiego. Y bendito aquél que rumia su pesar. Me dispongo a abrir la boca para hablar y una ostia me la calla dulcemente desde el cuerpo con la sangre del Mesías que en mi lengua se disuelve contingente. Alabado aquel que viene desde el Reino alabado el invitado a la reunión. Y saliendo de los templos misteriosos en las calles todo vuelve a lo normal. El normal frenetismo cotidiano la normal apremiante agitación la normal ansiedad perturbadora la normal vertiginosa conmoción y el infarto a la vuelta de la esquina y el frecuente carcinoma de pulmón. Las aceras que se alejan sin moverse llevan gente sin un rumbo definido y me siento, sin sentarme y sin sentirme, yo me siento afortunado al menos hoy. |
Poeta
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