Poemas : LA HERIDA |
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LA HERIDA
Autor: Adonis. Ali Ahmad Said Esber Siria 1930. Poeta, pensador y ensayista. Desde los diecisiete años adoptó el seudónimo de Adonis. Considerado como máximo exponente de la poesía árabe contemporánea. Licenciado en Letras (1954) en Universidad de Damasco. Con el crítico libanés Yusuf al-Jal, fundó la revista Shi’ir de poesía. Adquirió la ciudadanía libanesa, y doctorado en Filosofía por la Universidad St. Joseph en 1973. En 1997, en el Festival Struga Poetry Evenings de Macedonia, le fue otorgada la Corona de Oro por su trayectoria literaria. Su obra, de fuerte tono social y político, ha sido traducida a numerosos idiomas, ha revolucionado el lenguaje poético desde los años sesenta cuando adoptó el poema en prosa. Esta es versión de Pedro Martínez Montáve De: ¨Canciones de Mihyar el de Damasco¨. 1961. La herida I La hoja dormida bajo el viento es un barco para la herida. El tiempo perecedero es la gloria de la herida, y el árbol que sube por nuestras cejas es un lago para la herida. La herida está en los puentes cuando se alarga la tumba, cuando se alarga la paciencia entre los bordes de nuestro amor y nuestra muerte. La herida es un gesto. Está en las travesías. II A la lengua de timbres asfixiados yo le otorgo la voz de la herida. A la piedra que viene de lejos, al mundo seco, a la aridez, al tiempo transportado en camilla de hielo, le enciendo el fuego de la herida. Y cuando la historia arda en mis vestidos y las uñas azules crezcan en mi libro. Cuando le grite al día: ¿quién eres tú?, ¿quién te ha arrojado en mis cuadernos y en mi tierra virgen?, notaré cómo brillan en mis cuadernos unos ojos de polvo. Oiré decir a alguien: Yo soy esa herida que comienza a crecer en tu historia pequeña. III Te he llamado nube, ¡oh herida y paloma del adiós! Te llamé pluma y libro. Y es ahora cuando empiezo a dialogar con la lengua hundida en las islas viajeras, en el archipiélago de la vieja caída. Es ahora cuando enseño a dialogar al viento y las palmeras, ¡oh herida y paloma del adiós! IV Si en el país de los espejos y los sueños tuviera un puerto. Si poseyera un barco y los restos de un pueblo. O una ciudad tuviera en el país del llanto y de los niños. Haría con todo ello una limpia canción para la herida. Aguda como flecha que traspasara árboles, piedras y firmamentos. Tan tierna como el agua. Igual que la invasión, desafiante, atónita. V Llueve sobre nuestros desiertos, ¡oh mundo engalanado del sueño y la nostalgia! Llueve, y agítanos, a nosotros, que somos palmeras de heridas. Y pártenos dos ramos de un árbol enamorado del silencio de la herida, de un árbol que vele sobre la herida con las cejas y las manos arqueadas. ¡Oh mundo engalanado del sueño y la nostalgia! ¡Oh mundo que me cae sobre la frente!, como la herida dibujado. No te acerques, la herida está más cerca que tú. No me tientes, la herida es más bella que tú. Y esa magia lanzada por tus ojos sobre los reinos últimos ha sido sobrepasada por la herida. La pasó, sin dejar una vela seductora, sin dejarle una isla siquiera. |
Poeta
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Que bueno el aporte de esta obra, de origen árabe,Muchas Gracias por compartirla Joel un saludo cordial para usted y su familia...
Sehmsdorf estimado y noble Poeta: ¡Gracias por atender este espacio, por su presencia y tiempo!. Es un gusto compartir obras de autores que incrementan nuestro conocimiento de las artes literarias. Paz y salud le deseo en su vida.