Poemas : Porvenir de las almas |
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Si de vuestra hija fue estrella
dar tan niña el alma a Dios, ¡ay, feliz mil veces vos! ¡dichosa mil veces ella! Pues ya huella las celestiales alturas, no halle en vos nunca lugar el pesar, porque para almas tan puras «morir es resucitar». ¿Para qué lloráis perdida esa prenda de amor tierno, si por un lugar «eterno» dejó un lugar de «partida»? Si es la vida caos de dudas y penas, ¿quién la muerte, al que bien quiere, no prefiere, si el que vive, vive apenas, «y resucita el que muere»? Siempre, llena de consuelo, viendo a un ser puro sin vida, la multitud, de fe henchida, prorrumpe:- ¡Ángeles al cielo!- Ni ¿a qué duelo es mostrar, cuando la carga de la existencia maldita Dios nos quita, si tras de una vida amarga, «muriendo se resucita»? No dé a vuestra alma afligida la más leve pesadumbre esa negra incertidumbre del «más allá» de la vida. Si es mentida la fe de ulterior solaz, al menos, los que viviendo van gimiendo, en otro mundo de paz «resucitarán muriendo». Ya habita, aunque el desconsuelo os haga implacable guerra, un «triste» menos la tierra, y un «dichoso» más el cielo. De su vuelo iréis vos, muriendo, en pos, si a Dios dais en implorar sin cesar, pues para justos cual vos «morir es resucitar». |
Poeta
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buen poema.