Poemas : Inspiración nocturna |
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Por el éter resbala melancólica
la luna, y en mi frente se refleja; a su brillo argentado se asemeja el color de mi faz. De la brisa nocturna el ala rápida sutil bate mi rubia cabellera, como las hojas de gentil palmera, balancea fugaz. Oscuridad, silencio, aspecto tétrico muestra la noche tácita al ser mío, sólo me afecta de un lejano río el parlero rumor; Que, llevado en las alas de aire trémulo, se parece, en su plácido murmullo, al compasado y pavoroso arrullo del eterno sopor. Cual volubles vapores, sombras fáciles antepuestos al sol ocasionaran, e invisibles, aéreos, se espaciaran entre la claridad; Así veo cruzar seres fantásticos de la luna a los pálidos reflejos, y vagando se pierden allá lejos entre la oscuridad. De vibrátil campana al son profético exánime ha zumbado en mis oídos y débiles temblaron mis sentidos a su fúnebre son. ¡Y pocos mostrarán sus ojos húmedos a ese sonido que en el viento espira pues su divina voz no les inspira Santa meditación! Todos duermen, menos yo, todo en el mundo reposa, la campana enmudeció el aura sobre la rosa tranquila se adormeció. Sordo el río susurrando me acompaña solamente, y con su murmullo blando me hace acordar inocente que el tiempo se va pasando. Pero vano mi pensar se pierde allá con su ruido los dos iremos a dar yo al seno del eterno olvido y él al seno de la mar. Pues, con sonoros despeños, va rodando su cristal por entre prados risueños, cual la vida del mortal que se desliza entre sueños. Están plácidos olores el viento aromatizando, los condensados vapores se posan, perlas formando, en el cáliz de las flores. El claro río que abruma, con sus aguas transparentes, la yerba que le perfuma, la matiza con bullentes globos de nevada espuma. Y como ancho se dilata, todo el estrellado coro en su cristal se retrata... parecen lágrimas de oro embutidas sobre plata. Mas ya la aurora cercana asoma su frente hermosa entre celajes de grana, y traza sendas de rosa del sol a la luz temprana. Despiértase el aura leve al brillar sus lumbres rojas, y a su movimiento breve tiemblan las húmedas hojas del árbol que ondeante mueve. La flor su botón rompió, y al sol que nuevo amanece y que la vivificó, en holocausto le ofrece las perlas que recogió. Todo vuelve a florecer, todo al ver el sol se aviva, mas la noche ha de volver... y en aquesta alternativa todo camina al no ser. |
Poeta
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hermoso poema.