Poemas : Mon amour |
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Eres yo misma, yo soy tu nervio y tu dolor
sintiéndote; te pronuncio con mi aliento, me nombras con tu sangre. «Mon amour», tus manos, déjame estar así, no estar, perderme, sumergir, sucumbir, no ser, soltarme, una incoherente voluntad me arrastra húmedo sitio de memoria, fijos ojos de un gato negro, de improviso fosforescentes como dos secretos desnudados, me miro, sótano antiguo de tortura y hondo, loca de hoguera y alarido huyo, quiebro mi imagen, quiebro mi pupila, rompo mi espejo, mi presencia, salto, salvo todos los cercos, cruzo el viento corto todos los campos, los veranos, bebo todos los frutos, me consumo, y me derramo a perdurar veinte años. Fue una leyenda que guardé, veinte años, en cada tramo de latido en cada pedacito de piel y de cabello. Irremediables de memoria juntos, deja que salga a gritos de esta noche, irresistible de ansiedad, me llevan soy de aquello que calzo, que me viste, cien potros vienen por su cuero, huyo, interminable corredor, paredes exhalándose en puertas imposibles y posibles herméticas, abiertas, una pared me arroja hacia la otra, inacabables de impiedad me arrojan, y recogen y juegan al sollozo conmigo, y a la risa. Recortados del conjunto, solos bajo la lupa, expuestos, quiero olvidar que existo, que no podré dejar de padecerme, y me renuevo y me desgasto y sigo. Alguien recoge mi silencio y grita, quién, desde cuándo, dónde, me acurruco; ensayamos morir y no morimos, nunca aprendimos a nacer y estamos sin embargo naciendo irremediables. Esta exótica forma de tu mundo esta palabra occidental que sabes aprendida de mi piel tu cielo, estas estrellas con que vas hablándome. Almendrados ojos tristes, me intuyes, hombros míos altivos, te recuerdo. Alguien tuerce mi mano hasta arrancarme de mi grito. Y huyo, y me persigo y huyo calle arriba y abajo, y mi latido sobre la piedra noche vacía, corro sobre la llama, corro, la detonada soledad, vacío, mundo vacío, corro y esta estridente oscuridad, te he visto en todos los descansos para piedad, te he visto. Quiero llorarte «mon amour», protégeme, desciende tu mansedumbre sobre este vivo torbellino mío, trázame como una figura en tu cuartilla, bórrame... toco tu piel, muerdo tu piel, quiebro mis dientes en tu piel, la escucho. Dónde comienza una esperanza, cuándo fue la primera vez que sollozamos. Duelo por alguien a quien no conozco, alguien duele por mí, sin conocerme. Manos tuyas creándome y matándome; «mon amour», tus manos, cómo he llorado, y cómo estoy llorando. |
Poeta
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