Poemas : ABANICOS DE MUSEO |
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Bajo cristales, en vitrinas,
reposando estáis olvidados, abanicos de sedas finas en lejanos tiempos bordados. Y os abrís, en un sepulcral silencio, en fondo carmesí, a la luz de tarde otoñal, en el Museo de Cluny. Y al pensar en lo que no existe, encanto ayer y hoy desengaño, decir parece el alma triste: "¿Dónde están las nieves de antaño?" ¿En cuáles manos marfilinas lucirían vuestros encajes, en dulces citas vespertinas bajo los trémulos boscajes? Corte de los Luises de Francia, reverencias ante el estrado... ¡Abanicos! ¡Sois la fragancia Que va surgiendo del pasado!... Fragancia que se desvanece en ideal mundo risueño, mientras el alma se adormece en una bruma azul de ensueño. Al veros, llegan a la mente ecos de fiestas cortesanas, cuando os plegábais lentamente como al compas de las pavanas. "¡Delfin! ¡Callad, os lo suplico!" decía la rubia Marquesa, y en tanto, tras el abanico, reía una boca de fresa. Restos de antigua aristocracia que llevó del tiempo el turbión. ¡Cómo os abriríais con gracia en los jardines del Trianón! ¡Y qué encantadores secretos guardareis de épocas remotas, cuando en Versalles, los minuetos alternaban con las gaviotas! Abanicos de sedas finas que durmiendo estáis olvidados, desde el fondo de las vitrinas ¡cómo evocáis tiempos pasados! |
Poeta
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