Poemas : El nieto |
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Traigo un ramo de peces de colores
para poblar el río de tu sueño y una orquesta de pájaros marinos en este aniversario de alma y cuerpo. Que el niño caracol de la ribera copie el rumor de la inicial palabra y las raíces que el manglar sustenta sean bosques de mástiles y de anclas. Transplantaré la rosa de los vientos a tu oculta floresta de corales y con el pez martillo y el pez sierra levantaré tu casa sobre el valle. El pez espada montará su guardia civil, en torno del mínimo acuario, David Felipe, que arribaste al mundo en la hora propicia de los salmos. La postrera sirena de la fábula te contará la rumorosa historia del bisabuelo, a quien donó Medusa una isla austral, que bautizó Gorgona. Guarda tu prehistoria de emigrantes el mascarón de proa del navío que fue de Ulises y guió mi padre sobre las grises aguas del Pacífico. La diestra cardadora de la espuma de las olas, ungió collar de perlas al cuello maternal, en la vigilia nupcial de las gaviotas y goletas. Desde entonces hay faros en los ojos de todas las mujeres de mi sangre y hay redes en sus brazos pescadores y bahías al fin de cada viaje. Desde entonces los hombres de mi estirpe se dan al mar en su bajel, cantando y nacen en el vientre de un esquife y mueren en la proa de sus barcos. La selva virgen es madre y amante y las islas del sur son nuestra patria que alinderan marimbas y tambores, en la noche que viene desde África. Cruza el viento una ronda de hipocampos entre el aire y el agua de diciembre, caballitos de mar que yo enjaezo para que tú galopes solamente. Sembraré en tu silencio una palmera para que con la mano de la brisa tañas el arpa de la mar y encuentres en Dios, la suma de las lejanías. |
Poeta
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