Poemas :  Madrugada en el ciclo de aries
En veinticinco pascuas te he dado la palabra
te he dejado decir cuanto me has dicho
me has ofrecido pan, cobre,
un código cosido con silencio, tus noticias
afónicas de amor, madejas de lujuria,
composturas, biko lanzado en lacrimógenos prospectos,
pasteles de neón, nada

me he tomado mi tiempo en preparar la huida
confluyo a la distancia más audaz, la carne
se me abre como si hubiera trazado con las manos
una hendedura en la negra pared de los pulmones,
llevo la paz, mi paz como un angioma
avanzando hasta cubrirme la piel
de versos elegíacos
estoy muerto de ti, ardo en tu olvido,
trafico, ya lo sabes, con una mercancía
que no tiene cobijo en esta escena,
pero adoro a tus hijos, a tus prisioneros,
tan aterradores como yo,
que te han ido modelando cuna a cuna
ladrillo a ladrillo
ley a ley

los adoro si los veo resentidos los
adoro cuando adoran un residuo
como yo los adoro los adoro
y nunca más que nunca cuando lloran
por algo parecido a mí...
quizá me hayas vencido quizá
puedas decirlo en alto,
allá tú y la conciencia que hemos hecho:
desde tu propia yugular te escribo
envuelto en un ejército de tráficos y modas
y escribo: que ya no tengo miedo
que me he muerto de ti
tan muerto estoy
de ti
como un chiquillo
De "Biografía de un traficante de no sé"
Poeta

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