Poemas : Al filo de los cuarenta |
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Hasta cuándo podré querer a muchos sin entregarme a nadie.
Cuántos días de espontánea indefinición me quedan por delante. Él me espera y tiene mis facciones. Cuarenta años, hermano. Lo prefiero a todos: amables rostros que reflejaron el mío volátil, almas afines que completaron mi esencia fragmentada. Después de tanto errar por tantos cuerpos, doy con el mío. Por fin un hombre interesante. Soy él. No era yo dirigiendo una nave imperfecta de carne, tan firme y rotunda en su ingrata juventud. Tomad y comed porque yo soy mi cuerpo. Yo quise ser vosotros, amigos del alma, y en cada uno aprendí a quererme. Pero en mí mismo estoy mejor acomodado que en la insaciable búsqueda exterior de inteligencia y belleza. Cuarenta, hermano. Olvida el paraíso de la infancia, que muchos cuestionan: tan hermosos fueron aquellos días suspendidos de horizontes inmensos como estos de ahora, caídos y sin perspectiva. Y del amor ni hablemos pues todo lo apostado se perdió en el propio engaño. Pero me tengo al fin. Ya no me busco en el espejo. Soy el que soy. De "El triunfo del vacío" 2004 |
Poeta
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