Poemas : Nocturno alquimia de mis sueños |
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Cuanto más y más alabes al ser que amas:
más y más lo alejas de tus manos. Yo te amo como se ama a una estrella: puedo atreverme a contemplar tu albor, a sentir tu pureza luminosa, a escalar con mis ansias la altura en que te asomas; pero nunca a tocarte ni a sembrar mis caricias en la fulgente piel de tu misterio. Yo sé dónde apareces diariamente, conozco el sitio exacto y la hora precisa en que tu rostro enciende su hermosura. Aprendí de memoria tu órbita celeste, el instante glorioso en que brillas más cerca de mis ojos y también el momento en que huyendo me robas tu semblante. Yo sé que soy tu dueño en la distancia que al descubrirte me gané el derecho de salir cada noche a mirar tu expresiva luz errante, tu joven brillantez inmaculada, sin tener ni la mínima esperanza de estrechar tu verdad entre mis brazos. Te inventé con la alquimia de mis sueños te vestí de imposible, en tus pupilas inicié un poema y en lo más alto entronicé tu imagen. Con barro de mi angustia te di forma igual a la de un ángel que no existe. Cuando llega la noche y te encuentro rielando en el espacio: yo te aspiro y te gozo, platico desde lejos con tu nimbo sin pronunciar tu nombre. Sin esperar tampoco que desciendas ni que el roce de mi tacto te defina: porque anhelo que ignoren mis sentidos que eres de carne y hueso, que tu cuerpo es mortal, y que hasta el nítido esplendor que irradias, carece de luz propia. ¡Sigue alumbrando allá! ¡Brilla unos días! Pronto la muerte bajará mis párpados y tú, al instante, quedarás a oscuras. |
Poeta
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