Poemas : Remordimiento póstumo |
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Cuando duermas por siempre, mi amada Tenebrosa,
tendida bajo el mármol de negro monumento y por tibia morada y por solo aposento tengas, no más, el antro húmedo de la fosa; Cuando oprima la piedra tu carne temblorosa, y le robe a tus flancos su dulce rendimiento, acallará por siempre tu corazón violento, detendrá para siempre tu andanza vagarosa. La tumba, confidente de mi anhelo infinito (compasivo refugio del poeta maldito) a tu insomnio sin alba dirá con gritos vanos: "Cortesana imperfecta -¿de qué puede valerte denegarle a la Vida lo que hoy llora la muerte"? Mientras -¡pesar tardío!- te roen los gusanos. Versión de Carlos López Narváez |
Poeta
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