Poemas : Alegoría |
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Ésta es una mujer de rotunda cadera
que permite en el vino mojar su cabellera. Las garras del amor , las mismas del granito. Se ríe de la muerte y la depravación, y, a pesar de su fuerte poder de destrucción, las dos han respetado hasta ahora, en verdad, de su cuerpo alto y firme la altiva majestad. Anda como una diosa y tiende sultana, siente por el placer fe mahometana. Y cuando abre los brazos, sus pechos soberanos demanda la mirada de todos los humanos. Ella sabe, ella sabe, ¡oh doncella infecunda!, necesaria, no obstante a la caterva inmunda, que la beldad del cuerpo es un sublime don que de cualquier infamia asegura el perdón. Ella ignora el infierno y purgatorio ignora, y mirará por eso, cuando le llegue la hora, la cara de la muerte en un tan duro momento, como un niño: sin odio sin remordimiento. Versión de María Fasce |
Poeta
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