Poemas : LÁGRIMAS Y FLORES |
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Soy el coplero cuyos cinismo
ha muchos años que celebró en el estruendo de las orgías, los funerales de corazón. Mi cráneo, que antes se enardeciera de los sueños con el calor, de lindos sueños está despierto, porque no es cierto lo que soñó. Entre los sueños encantadores estaba oculta la decepción, y el desencanto con mueca horrible vino a burlarse de mi candor. Soberbio entonces bajé al infierno de infame crápula que me abrasó y con sonrisa mefistofélica a las virtudes les di mi adiós. Al ver que huyeron mis esperanzas, lleno de ira me dije: "¡oh!, las esperanzas son ilusiones, las ilusiones mentiras son" Y con mi tedio de condenado, con la amargura que da el dolor, en malos versos le doy al mundo la horrible presa de que me harto. Qué rencoroso pulso mi lira, lira tan negra como el carbón, y en cada nota que de ella salta, se oye el ruido que da el rencór. Cantor histérico del torpe vicio, busco en el vicio la inspiración; y a las virtudes y a las bellezas jamás, Virginia, les canto yo. Pero a ti, joven, que eres tan pura como el aliento de linda flor, te doy un canto, yo que en el dado perdí las flores del corazón. Eres tú, virgen, llena de gracia, porque de gracia Dios te formó; tienes tus ojos color de cielo, tienes las trenzas color del sol. Tienes un tipo muy elegante, cuerpo de reina, dulce la voz, y tu epidermis es fina y blanca más que la nieve del Septentrión. Cuando en tus labios, al conocerte, vi una sonrisa, me pareció tu dentadura nido de perlas entre una rosa de Jericó. Ángel sin alas, que descendiente de la sagrada linda región, por ti los cielos vistieron luto, por ti la tierra se engalanó. Eres más bella que la esperanza, más vaporosa que la ilusión; y donde pones tu pie pequeño, pones sus labios el casto amor. Eres la reina de las hermosas, porque natura te concedió tantos hechizos como cabellos tienen tus trenzas color del sol. Eres más noble que el sacrificio; interesante más que el pudor; envidia causas a las mujeres; pero a los hombres admiración. Por eso, niña, cuando te canto mis ilusiones, llorando estoy. . . perdona, virgen, si mis cantares de tus cantos indignos son. Para cantarte cual tú mereces, preciosa rubia quisiera yo subir al cielo, robar su lira al increado poeta Dios. |
Poeta
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