Poemas : ORINOCO |
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La prueba,
oh mi fuerte Orinoco, te filtró toda el agua. Tú mismo, desordenado, pródigo, invasor, subversivo, venezolano, tú mismo llevaste las dragas que te roen el fondo, como tu propio pico de pelícano. Te profundizaste, escupiste el freno de las barras, te recogiste en tu designio definitivo. Un día te echaste al hombro tus caimanes y abandonaste lentamente las sabanas. Tú mismo te empinaste hacia abajo, esotérico, con un hondo respeto de la tierra y diste a tus mil brazos aptitud atlética para recibir la crianza del trasatlántico, para prenderte a las orillas grandes ciudades que te caen como tributarios de vida, para ser el zaguán del mar, traficado por los gritos de la tierra que se echa a las calles del mundo. Denso, populoso, te caen y se te ahogan duras palabras engranadas en todos los idiomas del planeta. Pero, todavía, fuerte Orinoco, todavía eres el Río Indio, inconfundible, en el salto, en la bandada, en la garza en un pie, que casi vuela y en tu último caimán en cuyo bostezo se refugió toda tu tradición con silenciosa desembocadura. Oh mi fuerte Orinoco, vieja calle bolivariana, por donde pasó sin rumor el hombre que te empujó con el remo que lo empujaba! Oh mi fuerte Orinoco, erizado de flotas! La prueba que te filtró las aguas y del lado de ayer dejó el residuo de sangre y de fiebre con eficacia final de abono, la prueba que te llevó a tu máxima estatura interior, Orinoco, gran Río Útil, primer ciudadano de Venezuela, tu prueba nos pasó por tu mismo filtro. Yo mismo me vi colar entre mi conciencia y me sentí dragado hasta la raíz de mi carne verdadera. Aquí estoy, mi río sereno, como lago que anda, mi viejo río de las siete estrellas, aquí estoy. Mi poema de hace setenta años, mi viejo poema, frondoso como tus selvas, desbordado como tú, fue talado en la prueba, filtrado, dragado, y regresa a ti en la pureza de una palabra que cabe en una mano con holgura de sorbo y que te cae con el sentido caudaloso de una gota tributaria, voz de la lengua que trabaja, canta, el salado sudor de los trabajadores, ya desde los raudales, te hace marina el agua! |
Poeta
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