Poemas : Versos de amor |
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1
Dentro de todo es dulce vivir como yo vivo pendiente de tu amor como un globo cautivo. Corre el mundo a mis pies, pero yo no lo siento: sólo tu amor me agita como un ligero viento. Tú de lejos sostienes tus hilos temblorosos, yo de lejos te envío sonrisas y sollozos... 2 Tienes la maldad fría y sutil del veneno, sabes la muerte lenta que dan los infiernos, y sabes además que por eso te quiero! Amargas el brebaje que tienes con celos, echas sal en mi pan y en mi goce echas miedo y sazonas el filtro del amor porque muero! Aprendiste a hacer deseables el infierno, sabes hacer amable la caricia del fuego y sabes el secreto de hacer mi amor eterno! Conoces la manera de ceder al deseo para que sus raíces no perezcan sin riesgo y eternizar el río sediento de mis besos! 3 Tu letra es como tú, firme, ruda, sincera; tu letra es cruel y mala. Te amas más en tu letra que no ha temblado nunca que en la vanidad fría de tu carta. Te amo, y aborrezco tus cartas y tu letra, la letra con que escribes tan hondo amor de mi alma. 4 Copa de cristal pulido bebo, bebo y no me embriago, con sabor a corazón y sabor divino a labios. Bacante soy de una orgía deliciosa y no me exalto. Ruedan abiertas las rosas sobre mi corpiño intacto y yo bebo y bebo más el licor que sabe a labios. Maravilloso licor del que ya he bebido tanto sin que se alteren mis venas, sin que en mi mente haga estragos. centellea, como dos ojos negros en mi vaso, prende infinitas antorchas en mi corazón helado y arrastra mi pensamiento hacia caminos fantásticos. Bebo, y no estoy ebria no, Muerdo el cristal de mi vaso y hago trizas los espejos que miran y estoy mirando Me sumerjo en mi licor como en olas de cobalto y aunque bebo, no me estalla roto el cerebro en pedazos... Disuelvo mi pensamiento, licor con sabor a labios y en tus olas de emoción toda la voluntad deshago. Centellar de ojos ardientes, aunque muero, no me embriago, y aunque he disuelto mi vida en la copa de tu labios! 5 Junto a mi vera un camino, y aquí tranquilos mis pies y no me llevan consigo!. Me incita a mi lado el mar y un barco a la vela presto y no me voy a viajar. Me consumo deseando, y tu boca guarnecida de besos, aquí a mi lado! Pero entre mi alma y tu alma hay una pared muy alta... Tú sabes como se llama! 6 Ya nada más. Miro borrosos los negros días del pasado. De tu semblante tan amado no queda un rasgo tembloroso. Tu nombre no turba el reposo de mi corazón fatigado de haberte tanto y tanto amando con amor hondo y silencioso. Libre de fiebre al fin me siento Mi corazón libre camina endeble, pero indiferente, y es la vida espejo pulido donde contemplo consumido mi rostro convaleciente. 7 Mi corazón acoge al amor sin reserva. Le acaricia los rizos con blandura inefable porque le sabe niño, porque le sabe amable y porque aquella cruel juventud le recuerda... Mi corazón le acoge con pausa dulce y fría. Besa sus labios dulces sin temblar, y le deja jugar con el carcaj y la saeta vieja apuntando en el blanco de mi alma vacía. Pobre amor!, pobre niño! . Mi rencor no te alcanza, pero no hace surgir la más leve esperanza el murmullo que siempre derramas en el oído. Mi corazón repudia tus besos inocentes, y aunque mis manos buenas te acaricien clementes, ya no eres para mí sino un sueño perdido. 8 Te odio. Lo digo con la unción enorme con que te dije te amo. Pasaste de un extremo al otro extremo, sin transición , de un salto. Ayer no más te amé y hoy te aborrezco y apenas he cambiado. Siempre sueño contigo por las noches con hondo sobresalto. Siempre y sin darme cuenta, me detengo muda, ante tu retrato. Siempre que miro un árbol en las tardes es que te estoy mirando, Siempre que no respondo a una pregunta es que en ti me distraigo, y siempre que se nubla en mi vida y que quiero morir, estoy pensando en aquel roce silencioso y último de tu mano y mi mano... Todo es igual, pero antes amor era y ahora es odio en cambio. 9 Tienes la frialdad horrible de una estatua, de una estatua de piedra en un jardín dormido. En vano echo a tu cuello las dos serpientes blancas de mis dos brazos blancos; nada puedo contigo! Me tienta el espejismo de tus ojos de acero y me doblo ante el frío rayo de su mirada. Si levanto la voz, en sus focos de oro como un collar de vidrio se quiebran mis palabras. Pecho de hierro donde se golpean mis puños hasta sangrar ... Te amo, y me muero de anhelo. Yo no soy sino el hilo de un deseo que asciende de un amor a tus pies como nudo deshecho! 10 En tus ojos profundos está todo mi mundo. Allí está mi secreto en tus ojos sujeto... Busca en ti y no en mí y hallarás el por qué nunca hallé, dicha, paz. 11 Porque me quieres me torturas y ya eras dueño de mis días y siempre habrán mis alegrías de entremezclarse de amarguras. Porque me quieres, no venturas, sino dolor, melancolías. Porque me quieres, nunca mías la tarde azul, las muchas puras... Porque me quieres me atormentas. Porque me quieres, con violentas y crueles manos, hieres, hieres. Porque me quieres, va muriendo presa de vértigo tremendo mi corazón, porque me quieres! 12 Cuando es muy dura para mi la vida, te miro entras por esa puerta abierta y es la visión tan nítida y tan cierta que hago mía otra vez la dicha ida. Tiembla mi mano de la tuya asida, se alza de nuevo mi esperanza yerta y revive en tu amor mi vida muerta a todos los halagos de la vida... Otra vez vivo y otra vez me muero cuando mi boca estrechas con tu cabo en cruel y pasajera fantasía para desvanecerte tan ligero, que despierta otra vez, mi mano toca la puerta a que no llegas todavía! 13 Amor que te niegas, espera aun, espera, soy joven todavía. No cruces a mi lado sin detener el paso, soy joven todavía! Ni una arruga me cruza la frente melancólica sin tu caricia fría. Entre mis manos frágiles tu angustia y tu deseo cabrían, sí , cabrían. y si acaso las mueves, mi mano aguda y pálida se que se prestaría a la caricia tímida o a la caricia cruel que tú le enseñarías. Mientras los animaste, en mis pupilas jóvenes la dicha sonreía. No supe de otros goces ni de otro dolor supe que el que de ti venía. Sólo de amor lloré, sólo de amor sufrí, sólo de amor reía. Tú que mi vida fuiste, nunca pensé, oh ingrato, que me abandonarías!. Invéntame torturas, pruébame en mil fatigas, todo lo sufriría porque de nuevo amor, se abrase en tu calor esta mi vida fría ... Amor que te me niegas, espera aun, espera, espera todavía!. |
Poeta
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hermosos versos.