¡Llévatela!, no me interesa
lo que ustedes hagan,
ella olvidó la promesa
eran palabras que en las aguas vagan.

¡Llévatela!, no me preguntes
por lo que no puedo decir,
solo ella tiene los apuntes
de la falsedad de su vivir.

Pero no te sorprendas
cuando en la intimidad
su deseo a sabiendas
mi nombre diga con facilidad.

En lo oscuro de su pasado
tiene la imagen impregnada
de la felicidad que le había dado
y dentro del alma la lleva guardada.

No digas ahora que te arrepientes
de habértela llevado de mí,
en su corazón está latente
que es mío su amor, eso te lo advertí.

Julio Medina
6 de marzo del 2011