Comienzo a explorarte desde arriba, y encuentro un dulce aroma y un suave tacto en tu cabello, negro como el universo infinito y vasto como el mismo cielo que se poza sobre nosotros, bajo un poco y veo tu frente cubierta casi completamente por tu desbordante cabellera, pero que aun así deja al descubierto tus hermosos ojos cuyo color miel jamas podrá ser igualado en retrato alguno, sigo por examinar tus mejillas un tanto sonrojadas por el propósito de mi empresa pero que aun así esbozan una sonrisa al escuchar la dirección de mis palabras, veo tu nariz también, es un tanto pequeña sin embargo blanca como la nieve, llego a tus labios, su color carmesí me asombra pues no tienen ningún disfraz, se encuentran desnudos a mi vista y dispuestos al abrazo de los míos, lo cual espero hacer ansiosamente más el deseo de completar el objetivo comenzado es de momento un poco más fuerte, y avanzo a tu cuello, cuya fina fragancia me hipnotiza y me incita a continuar con inspección, miro tu ropa, colorida cual tu personalidad, pues al igual que tu forma de ser esta llena de matices que lejos de no combinar se encuentran en perfecta armonía, siento tus brazos un tanto ligeros pero aun así dotados de fuerza, de la fuerza necesaria para que cumplas con tus objetivos, con la fuerza necesaria para abrazarme de tal forma que rompas la coraza con la que envolví mi corazón y al final de estos unas manos suaves de sentir como toda tu piel pero que aun en la suavidad de su tacto son capaces de forjar una relación como la nuestra y de tomar la mía sin dejarme ir, miro tu pecho mas el tamaño de este no importa siempre y cuando sea capaz de contener un corazón tan grande como el tuyo, continuo y me detengo en tu vientre, el cual noto plano, moldeado por una voluntad más que por un deseo, inmutable más con el potencial de contener latidos en un futuro, bajo más y llego a una parte de ti que mi chequeo ignora, mas no por pena sino por respeto y por inquietud de saber si algún día quizás muy lejano a hoy, sea correcto el examinarlas, paso a tus piernas, delgadas y de figura atrayente pero que aun así son el motor de tu andar y que hoy te impulsan a caminar a mi lado, y finalmente llego a tus pies siempre protegidos y siempre dejando huella por donde caminas, huellas tan reales como las que dejan tus sueños en los que ayudaron a completarlos, te conozco toda, sin embargo deje la parte más importante para el final con el sentido de tomarme el tiempo necesario en ella, con el sentido de examinarla a fondo, con el sentido de aprender cada uno de sus matices, para cerrar con broche de oro intentare entender tu corazón...