Poemas de naturaleza :  Romance marino
ROMANCE MARINO

Caminaste, sirena, por mi alcoba,
con pies de plata, curvilínea y sobria.
No había en tus párpados artificios,
cubrían tus pechos púdicas gracilarias.
frente a mujeres de voluptuoso talle
traías la ventaja del silencio.

Posaste para mí tu desnudez exclusiva.
Aspiré tu aura de corales,
intenté retener tus ojos milenarios.
No pude tocarte,
apenas si musité cuatro requiebros.
La seducción fue mental:
por tus pestañas vibraba el clímax
de un acuoso hemisferio violentado.

Te deseé sin tapujos.
Con escalofríos te pensé a mis anchas,
quise fertilizar tu vientre de pez, mutar hacia tus misterios polares,
ser concubino de esos senos formales.

Busqué la Atlántida hasta aprender tu idioma.
Me habló de espumas y garcias
tu blonda imagen.
Te quejaste nostálgica del acero,
desatino de torpe ribereño.

Posabas para mí tu desnudez exclusiva,
me permitías memorizar cada milímetro,
pero, al fin y al cabo, humano,
busqué de prisa mi cámara fotográfica
para archivar en mi vanidoteca
la conquista del siglo…
Se escurrió en un instante el mito.
Volviste presurosa a la musicalidad ahogada
de un caracol marino.

Entonces, el mar, celoso,
con su bofetada fría y su resaca
se llevó mis sueños y mi soberbia machista.
Las carcajadas mundanas anunciaron
que, disgustada, te habías llevado
mi pantalón de baño.
Poeta

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