Eres la reina de todos,
el pañuelo que absorbe las penas
de hombres que empinan los codos
para desahogarse en sus borracheras.

La indomable y fiel cantinera,
los secretos de otros guardas
a ti no te importan ni quisieras
estar en esos líos de faldas.

Estás allí sirviendo tragos
mientras te fumas un cigarro,
reciclas ratos amargos
del viejo, del joven y del chaparro.

Las historias son incontables
algunas plagadas de mentiras,
con todos eres amable,
los improperios no te causan ira.

Vestida con ropa de noche
enseñas lo que muchos desean ver,
haces del baile un derroche
para la clientela atraer.

La sociedad mal te va a juzgar
porque no puede entender
la obligación trabajar
para a tus niños sostener.

El desgraciado que te abandonó
es el padre de inocentes criaturas,
nunca por ellas se preocupó
se fue de juerga a vivir sus aventuras.

¿Se interesa alguien por tu desgracia?
¡No, ellos desean sus instintos satisfacer!
Pero tú con sagaz audacia
sabrás cuando te vas abstener.

Eres la reina de todos
los que buscan que de placer los irradie,
les conoces por sus apodos
porque eres la reina de nadie.

Julio Medina
12 de febrero del 2011