Crónicas : El Pachuco en la Moncada, Marzo2016 |
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El Pachuco en la Moncada Marzo2016
Qué grata sorpresa encontrarme en nuestra linda Moncada al Pachuco y más sorprendente aún verlo llegar a mi casa con una sonrisa llena de alegría característica en él y acompañado de una botella de Tequila Corralejo delicioso, que desafortunadamente no pudimos compartir porque mi querido amigo tenía prisa y cosas que hacer. Justo en ese momento que llegaba el Pachuco coincidentemente platicábamos mi hermano y mis sobrinos con mi mamá, recordando la inundación de la Moncada cuando se reventó la presa del cubo en Tarimoro en una madrugada de 1958 y se desbordara el arroyo, provocando que el agua inundara a una gran parte de la Moncada especialmente el barrio de San Antonio, donde sigue estando la casa de mi mamá. Se dice que el agua alcanzó hasta el metro y medio de altura. Platicábamos como se empezaron a inundar las casas y como algunos vecinos decidieron poner un tapanco en un mezquite y no abandonar sus casas y sus pertenencias. Nosotros tuvimos que salir de nuestra casa, ya con el agua entrando y viendo como el agua de arroyo ya traía animales, palos de corrales, colchones y petates de Tarimoro. Nuestro Abuelo Rafael Castillo nos llevó a la casa del Pachuco, para lo cual cruzamos por el puente de tres vigas que casi tiraba el agua del arroyo. Ya en la casa del Pachuco, su papá Don José Isabel Cabrera y su mamá Doña Lupe, hermana de mi abuelo Rafael, nos brindaron con gusto su hogar y nos atendieron muy bien, nos dieron de comer delicioso y como los papás del Pachuco tenían panadería, comimos pan delicioso, permanecimos en la casa del Pachuco más de una semana, hasta que bajo el nivel del agua y regresamos a nuestra casa. Ya que se despidió el Pachuco, Octavio uno de mis sobrino, nos mostró un video del Pachuco cantando el corrido de la Sandunga de Carlos Merino y el cuaco Alazán de Álvaro Castillo, que como canta el Pachuco en el corrido, este caballo y esta yegua protagonizaron una de las carreras más polémicas y emocionantes que se han realizado en la Moncada. Se ha dicho que casi toda la Moncada se fue a las liebres para ver esa carrera, donde hubo apuestas, emoción, fanatismo y alegría desbordada y por supuesto preferencias divididas que provocaron peleas, algunos decían que la yegua ganaría fácilmente, que el cuaco alazán no servía para nada y que perdería desde el arranque y para sorpresa de muchos la carrera inició y como a la mitad la sandunga se quedó atrás, ganando el cuaco alazán con una gran ventaja. Esa tarde muchos de los estudiantes de la escuela del Padre Odilón nos fuimos sin permiso a la carrera y por supuesto como imaginaran el Padre a nuestro regreso nos dio la bienvenida con una vara de membrillo por ausentarnos de nuestras clases. Pachuco amigo querido muchas gracias por permitir la evocación de nuestros recuerdos y gracias también por tu amistad y amabilidades, Dios te bendiga en compañía de tus seres queridos y estamos a la espera de poder brindar con el Corralejo. Enrique Canchola 19032016 |
Poeta
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