Cuentos : La bruja de tres caras |
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En una casa abandonada y vieja
falta de ventanas y piso de tierra vivía la hechicera de tres caras, no tenía nombre para que nadie la nombrara. Ella era una malvada bruja que a los muñecos de trapo les enterraba agujas para embrujar el corazón de cualquiera que al andar con ella no quisiera ni siquiera ser su enamorado; aunque en realidad a nadie le hubiera gustado estar con quien hace de la indiferencia un arma destructiva usada con frecuencia, siendo el platillo del día el maltrato que sin pedírselo ella lo sirve de inmediato, este servicio nunca se termina y de momento se ha convertido en rutina. Cuando alguno viene y la rechaza ella enseguida con su conjuro amenaza y va regando desdicha sobre ese cristiano hasta dejarlo convertido en un simple gusano. Una vez movió su nariz alargada hacia el lado retorciendo la niebla cuando la trajo a destiempo convirtiendo así en poco tiempo a un mancebo en un sapo avejentado. Le dejó dormitando sobre las piedras del río dentro de su alma le creó un enorme vacío, le atontó el corazón hasta sacarle los sentimientos y los transformó en las letras tristes de este cuento. Abandonado a su suerte continuamente croaba era un llanto tan triste que nadie lo escuchaba porque de día o de noche el murmullo del agua sonaba tan fuerte como el motor de una guagua. Y aquel anuro concho y cansado esperando sin ayuda se quedó varado dando así por terminada la esperanza de salir de ese hechizo y ganar confianza para volver a ser normal como antes; pero de pronto vinieron sueños constantes en donde veía llegar a una bella mariposa que le preguntaba- ¿Quién hizo esta cosa de convertirte en rana? ¡Esa brujería desapruebo! Anda, dime porque hasta saber no me muevo. El frío reinante resultaba ser intenso y el sapo despertó quedándose en suspenso. De repente escuchó la horrible carcajada de la bruja de tres caras acercada, La corriente se detuvo… Y el arroyuelo asustado, pensaba que ya el mundo se había acabado, las piedras temblando lanzaron gritos que a los oídos del bosque les parecía inaudito, los árboles corrían desesperados por camino errado porque a ella todos le temían demasiado. La bruja de tres caras con su escoba misteriosa se mostró asustada cuando vio a la mariposa y se fue volando, y gruñía maldiciendo, mientras el escuerzo observaba lo que estaba sucediendo. Cayó la tarde de ese espantoso día, solo el sonido apacible del bosque unía al silencio majestuoso con el manto nocturno posándose sobre los anillos de Saturno, invitando de nuevo a soñar en el sereno colmado de estrellas distantes y cielo pleno. Los agujeros del anuro fueron cediendo poco a poco y apareció de nuevo este sueño que coloco ante los ojos asombrados de un lirio. Desbaratando hechizos, sanando el martirio de aquel anfibio caído en desgracia, la mariposa reaparece y con suma eficacia se transforma en la princesa que la hechicería revierte y a aquel sapo a mancebo convierte… El final llega a esta historia, pues la bruja no tuvo escapatoria y fue enviada a vivir en el valle del lamento seco, donde sus carcajadas se mueren con el eco de los trinos de las aves y la caída de la cascada. La princesa ya está felizmente casada con aquel príncipe quien por la bruja fue hechizado; en conclusión este cuento va a ser finalizado con las tres caras que en la ocasión se metieron y en complicadas posturas se convirtieron. Julio Medina 12 de diciembre del 2014 |
Poeta
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Escrito interesante, con planteamiento de base filosófica y emotiva desarrollada de manera agradable, con un discurso que mantiene la atención y permite comprender sus significados. ¡ Enhorabuena !. Gracias por compartir su arte.