Poemas de reflexíon : Escuelita Rural |
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Contemplando una frágil escuelita rural,
réplica de muchas del continente latinoamericano, pienso: Aquí, lejos, donde saben que pocos la ven, qué pequeña y pobre es la casa que los gobiernos le destinan al saber. Qué alto le cuelgan el candil de la cultura a los marginados, total, de día tienen sol y de noche luna. Para qué más luz en terruño tan breve, por restringido también y sabido además de memoria, de ancestral memoria como para caminarlo en penumbras. Retazo que a sacrificio germina uno que otro poeta o profesional y hasta bueno por sufrir lo que el dolor educa. Qué mejor escuela, dice el cinismo con hijos en colegio inglés. Escuelita rural, pequeño bastión de la vergüenza ajena, aquí, lejos, donde saben que pocos la ven. Safe Creative: 1409121955814 |
Poeta
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Triste realidad, obrera milagrosa, generadora de algunos talentos a puro sacar agua (el talento de algunos pibes) de las piedras (los recursos brindados por el estado). Hay cosas que parece nunca cambian, por desgracia. Gran saludo te dejo en este viernes lluvioso por estos lares.
Gus
Así es, Gus y por más que uno sea medio duro e indiferente a fuerza de injusticia social, hay cosas que, como la visión de una precaria escuela en Formosa (sin paredes, con techo de chapa y una puerta recostada a un poste a modo simbólico) me hicieron pensar que es muy grande ya el "hijoputismo" político. Saludos de viernes por la noche (y no es de los Bee Gees).
Juan muy acertadas palabras, lo digo desde mi infantil pupitre de escuela rural de una sola aula,
donde los grados se dividían por fila de pupitres la directora era maestra y portera, pero mas allá de todas las carencias la voluntad pedagógica y el coraje que esta docente derrochaba, te hacen querer creer en que no todo esta perdido, un gusto pasar saludos
Tuvimos una infancia casi en común vos y yo, Catriel por aquello de la cocina campera de mi abuela y ahora la evocación de nuestra época escolar; me acuerdo hasta del olor de la madera de mi pupitre en mi escuelita rural. Admiro la tenacidad docente para instruir casi a modo jesuítico en los peores puntos geográficos de varios países pero discrepo con su sumisión a tal designio político (que no es otra cosa); deberían plantarse en masa con toda la fuerza de su cultura ante los gobiernos a exigir por lo menos lo básico esencial para sus escuelas y no andar de mártires evidenciando que por más que aprendas sos poca cosa. No es forma de defender realmente la cultura me parece. Me pasé? Disculpame el repertorio jaja. Saludo cordial, amigo.
Buenísimo Juan, cuanta verdad en estos versos, lo digo no por haber estado presente en lo que explicas, sino tal como decimos aquí "En todas partes cuecen habas", y en está España del S XXI existe ya desnutrición infantil al tiempo que un 25% de los niños en edad escolar solo reciben una comida digna al día, y lo hacen en el comedor escolar ya que sus padres carecen de recursos. Triste humanidad.Saludos.
Muchas gracias, Joan, por interpretar muy bien el real motivo de este poema-prosa a pesar de no haber vivido tal precariedad en tu época escolar (tampoco yo en mi época). Te cuento que en esa escuela (aborigen) que vi, no habían ni hojas sueltas para escribir o sea que los niños debían contar con una memoria privilegiada y si no había un mísero papel, menos una comida al día. Pero sí habían niños con ojitos grandes y pícaros esperando llenarse, empezando por visualizar los medios que el estado les niega. Te mando un gran saludo cordial.