Crónicas : VENEZUELA NO DIVIDE LAS AGUAS |
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A nivel psicológico, una poco conocida forma de narcisismo consiste en sistemáticamente declarar que la culpa de los males propios es siempre de otro. En su simpleza, consiste en no concebir que la responsabilidad central de un problema resida en uno mismo, una suerte de infalibilidad pedante. Tal es el epidémico caso de varios regímenes de gobierno “del pueblo” en América Latina.
La Argentina por ejemplo, no es sino una versión grotesca y exagerada del problema. El militarismo setentista responsabilizaba a “la gerontocracia asesina del Kremlin”, a Castro y cuanto factor externo a usted se le ocurra, de infiltrar y corromper a su juventud y transformarla en una amenaza para la patria. Por supuesto, los que murieron no fueron los mentados gerontócratas en Moscú. La guerrilla por otra parte, estaba en gran parte persuadida que la culpa de todo mal era de la CIA, del FMI…(no se requiere de mucha creatividad para completar esta lista). Y uno se pregunta por qué principios tan simples como el mencionado alguna vez por Leopoldo Lugones, de que “más pior” es el criollo que te devora que el gringo que te usa, se aplican como argumento secundario. Simplemente métase en una coctelera junto al narcisismo de “la culpa la tiene otro” y una dosis acorde al autoritarismo histórico de la región y luego disfrácese con un atuendo carnavalesco de gorila o una rompevientos roja, a lo Chávez. Igual lo vamos a ver cortando cabezas. Venezuela, desafortunadamente, no es muy diferente. Vamos por partes. Existe duda razonable de que el señor que una vez violentó al Palacio de Miraflores para acabar con la vida de un presidente constitucional (sea el mismo de la calidad que sea), y que luego declarara públicamente que su intención era matarlo, no era un abyecto muñeco a control remoto diseñado por la CIA en colaboración con los cipayos genios de la NASA, todo para desestabilizar a Venezuela. Por otra parte, los ahora autoproclamados adalides de la democracia encierran a un líder opositor en una base militar, una “movida” de particular tinte democrático, claro. Se me olvidaba…en realidad ese “gorila” no merecía otra cosa. Debió saber que los derechos constitucionales no son para todos. No, Venezuela no divide las aguas. Quienes se encuentran en el poder han sido golpistas o campeones de la democracia a conveniencia. Se han movido entre las botas y los votos con enorme soltura. Son, en su autoritarismo, indivisibles. En efecto, en lo profundo nuestro adorado cono sur no segrega a sus pueblos en fascistas y rojos, por más que se esfuerce. Son sólo banderías que se esgrimen para perpetuar una cultura de violencia e imponer la propia voluntad sobre otros al precio que sea. No es una frasecita hecha decir que “los extremos se parecen”. Y ahora es mi turno de “hablar golpeao”: ¡ Perón era un demagógo fascista y Chávez un zurdo populista asesino !…¿ o era al revés ? Ehh…Bueno, no importa. Por supuesto, la mayoría queremos sociedades justas. Pero lo que ocurre en este momento en Venezuela poco tiene que ver con la justicia social. |
Poeta
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Soy venezolana y mi visión desde adentro es
la división de hermanos por culpa de gobernantes
que se han apoderado de todos, no soy política,
mi dolor es como el pueblo sufre y es humillado
haciéndole a los pobres vender su alma y su patria,
amo a mi país y sufro porque tengo hijos y nietos,
que ahora luchan por una Venezuela libre.
Estoy aqui esta noche porque estoy cansada de
llorar y al leerlos y comentar a mis compañeros
me hacen sentir un poquito aliviada.
Gracias porocuparte de escribir y no sé que más decirte. Solo un beso y Dios te bendiga.