Prosas poéticas :  Desalojo Del Bohemio
Ayer, 10 de febrero y por inminente e inaplazable desalojo, me mudé justo al edificio donde mi espíritu ansiaba vivir desde que llegué a este barrio. Y, porque me enteré que Horacio Ferrer, mi compatriota y poeta, había vivido en esta misma calle y escrito, entre otras cosas, “Balada para un loco”, desde su legendario “nido de gorrión”; una especie de buhardilla sobre un último piso. Así que por eso de la bohemia, encaré de una y ligué nada más ni nada menos que la punta de la noche de éste injustamente descuidado edificio, hoy en la tradicional como honrosa categoría de conventillo: Un ‘nido de paloma’, me conseguí. Primer vuelo, para el día de mañana, y a mucho mérito literario rioplatense, ver si puedo ganarme el de “gorrión”.

Así que por admiración a mi nuevo “bulín” de romántica arquitectura y ornamental mampostería, y por el hecho de ser visitado éste, creo, más asiduamente que otros edificios, por las palomas, bauticé a tan hospitalario nido: “El Palomar”. Nombre que certificaron al amanecer de mi primera noche, sentimentalmente borrascosa y con ventanas abiertas al firmamento, dos o tres palomas al lado de mi cama, picoteando rumorosas las migajas de mi cena y brindis conmigo mismo de ‘alcoholírico’ naufragio.

El Palomar, da justo y en diagonal pero cuatro pisos más arriba, al departamento que alquilé durante catorce años y que nunca tuvo culpa de ser ajeno. Nos quisimos, lo sé bien. También sé que pudo ser mío; pero la noche, mi noche al menos, siempre requirió lo suyo, y para todo no alcanzaba. Si no, ¿cuándo vivir de veras esa única etapa vital, realmente útil que tiene la vida? (Con yapa en mi caso). Por tanto, hoy, ya definitivamente ubicado en El Palomar, yo mismo me hice el honor de permitirme asistir plácidamente a mi infructuoso (1)“verdugueo” de desalojo. Así que, bien apoltronado y con mi mejor pipa y mi Fernet-cola bien servido, me dispuse entonces, redundo, a presenciar mi propio derrocamiento ‘locativo-sentimental’.

Un oficial de justicia, un cerrajero, dos policías, un fletero y sus dos peones, una ambulancia por si me ‘descomponía’ y mi ex portero mequetrefe, y más (2)“botón” que todos juntos, acordonaron en semicírculo la entrada de mi supuesto aguantadero. En fin, todo un mini despliegue legal de voraz como indiferente materialismo. Aunque, reconozco que el ingenuo responsable de su propio desalojo, fui yo. ¿Pero quién iba a pensar que en el país de los (3)“pollos en los árboles”, su propio sistema le negaría mérito a mí esfuerzo y trabajo de toda la vida. Únicas armas que puede blandir sin más condena que la de sus propias carencias, el obrero (bohemio en mi caso) y de las cuales se ve desarmado y neutralizado como cualquier delincuente, que quién sabe éste, no haya sido obrero también, inducido luego al (4)choreo por falta de (5)laburo. Cuántos como yo, condenados a las medrosas rejas y reglas de un hogar de alquiler, ¡por Dios!

De todos modos, no puedo negar que íntimamente, mi noble egolatría se regocijó al preguntarse: ‘¿Y todo este batifondo sólo por mí?’. Épico consuelo. Entonces, me dediqué una opípara pipada, cuatro tragos del susodicho “Fernando” casero, y una sonrisa cuyo destello rebotó en el vítreo ventanal de mi ex (6)ñericompa hábitat; aposento, madriguera, cueva... ¡Con cuántos halagüeños nombres más quisiera nombrarlo, carajo!

La cosa, es que en el momento en que me levanto a proveerme de papel y pluma, a fin de documentar mi peculiar anécdota, descubro que desde esta generosa flamante altura esquinera, con su balcón de artística baranda Art Nouveau semi-circular, como semejando la proa de un gran navío, se divisa perfectamente... ¡el Río de la Plata! Vista que jamás tuve desde mi bien amado hogar recién perdido. Ahora díganme, bohemios colegas: ¿A qué más puede aspirar un bohemio de ley?

Además, puedo asegurar con toda propiedad, que yo sí, “me fui para arriba”. ¡Ah!, y esta noche, imagínense a la luna timón de mi balcón artesanal, y (7)atroden, clásica luz de velas (de las baratas) ambientando El Palomar para alguien bella y franca con quién, entre versos, generosamente brindar, mientras con suave oleaje musical como romántico fondo al ambivalente sentimiento, ‘navegamos’, departimos y nos amarnos hasta mucho después que las velas no ardan. ¡Vamos todavía!




(1) Verdugueo: Maltrato.
(2) Botón: Policía.
(3) Pollos en los árboles: Abundancia.
(4) Choreo: Robo.
(5) Laburo: Trabajo.
(6) Ñericompa: Compañero.
(7) Atroden: Adentro.

Poeta

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gus_de_las_pampas
Publicado: 28/1/2014 1:07
Incondicional
Unido: 31-5-2013
Comentarios: 3005
 Re: Desalojo Del Bohemio

Muy buen relato. Y claro que es para celebrar, mejor vista, mejorada "altura" y tutti gli fiocchi. Felicitaciones en tu nuevo bulo. Un gran saludo consustanciado con el sentir bohemio te mando. Un gusto de lectura tu prosa.
Gus

Juan_Oriental
Publicado: 28/1/2014 1:25   Actualizado: 28/1/2014 1:27
Incondicional
Unido: 19-9-2013
De: Uruguay
Comentarios: 960
 Re: Desalojo Del Bohemio

Jaja Bueno no es mi realidad ni la fecha ni mi ubicación porque vivo en Uruguay y el susodicho bulo se ubica en Buenos Aires y en otra época, pero agradezco tus felicitaciones de 'compinche bohemio'.
Saludo cordial, Gus.

AlienXenobionte
Publicado: 28/1/2014 2:17
Incondicional
Unido: 28-6-2011
Comentarios: 796
 Re: Desalojo Del Bohemio

SI DEJIERA LO QUE PIENSO DE TU RELATO SEGURAMENTE ME EXPULSABAN DE ESTE FORO DE POESÍA Y ES EL ÜLTIMO QUE ME QUEDA, ME HAN EXPULSADO DE TODOS. PERO TE LO VOY A DECIR A LO FINO. ES UN CERO PATATERO. UNA MALA PORQUERÍA ANARQUISTUCHA.

Juan_Oriental
Publicado: 28/1/2014 2:39   Actualizado: 28/1/2014 4:54
Incondicional
Unido: 19-9-2013
De: Uruguay
Comentarios: 960
 Re: Desalojo Del Bohemio

Y sí, te comprendo, es lo menos que puede pensar un oligarca de la bohemia o la democracia; que a su criterio son basura. Pero basura que no coacciona ni mata por omnipotencia. En fin.