Cuentos : Canibalismo en Saturno. |
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Canibalismo en Saturno.
Canibalismo en Saturno. Delicuescencias de Iridios fríos. Magnolias de espanto. Cimitarras de aquelarre, quebranto y ruído, irisaciones de metralla ruín, ruiseñores muertos y canarios corrompidos, estériles colibríes de barro. Flotan los múltiples anillos, piedras de hielo criminal, círculos infernales, esputos solidificados, invencibles caudillos de lepra. Por las avenidas de las ciudades deambulan los zombis sin ojos, las quimeras de horror y nieve, las insepultas arpías del pánico. A veces crece un asfodelo amarillo que es inmediatamente arrancado de raíz, a veces un heliotropo negro exhala un ungüento favorable, y rápidamente queman bolas de estiércol para que nadie lo huela, hay que prohibir a toda costa la diminuta hormiga amarilla, la libélula azul yace impotente con las alas arrancadas, pero no es suficiente, le tienen que arrancar también los ojos, una estatua de oro se devora a si misma y se arranca los genitales a mordiscos, un violín descoyuntado se rompe una cuerda, un título de nobleza se vende a un usurero monstruoso, una histerectomía forzosa se hace sobre un Virgen niña, le castran los huevos a un Apolo, le dan jarabe venenoso a una sirena, y en el agua flotan corrompidos nenúfares de mierda. Pasan los Reyes de los Jacintos asquerosos, con sus corazas de acero oxidado, tienen las caras llenas de bubas, han adquirido la peste bubónica y se han tragado su propia lengua a mordiscos, y las han luego vomitado para que los cerdos las degusten. Suena una música de agua dañosa, es mitad aceite y mitad anilina, y las piedras turquesas las han escondido bajo un montón de gusanos para que ni un solo poeta pueda admirarlas. Prosigue la orgía, los padres se comen a sus hijos, las madres acumulan sus crímenes y sus incestos para que el fuego de la Gehena de sus almas no desfallezca, y se permite el nacimiento de seres deformes para que sufran los niños la impotencia de no poder construir casitas con piececitas, para que no puedan limpiarse sus propios excrementos nunca con unas manos sublimes. Pero lo llaman amor los sacerdotes de la muerte, los sacerdotes sin ojos que dicen vida vida vida y se comen los pavos reales disecados. La sangre venenosa se arroja a la basura, pero no era venenosa, y no hay gallos de pelea porque ofendían a los mojigatos. No se come ni una sola polla sin prepucio, pero todas penetran a la misma vez el mismo agujero mierdento. Las múltiples lunas arden y expulsan un humo pestilente y hay palomas de caca con ojos de serpientes, y los gatos tienen la rabia. Muerden frenéticamente los leones y los cocodrilos, pero no es bastante, las panteras de Saturno son desolladas vivas, y le clavan en los ojos agujas a los colibríes, para edificar el edificio más alto no repararon en muertes pero para que el poeta no viera una rosa estuvieron estudiando mil años. Las Brujas se reúnen y dicen Maldito seas Macbeth, y resulta que Macbeth era dulce como el jarabe de cerezas, repugnantes ranas saltan con las vísceras de sus intestinos abiertas. Los Saturnianos se reúnen, y cantan como comerse a un niño vivo, como engañar a un ciego, o como implicar a un abogado en una estafa, hacen planes para guerras bacteriológicas o deciden arrancarle el corazón a un tigre, pero van con uñas de quince centímetros y tienen el cerebro lleno de podredumbre. Hay que sacarle el corazón a un rico aunque el rico pase más frío que en Groenlandia. Hay lunas heladas en las que sólo hay eternidad. Prosigue la orgía, pero no es orgía, porque están prohibidos los placeres, pero hay permiso para arrojar huesos a los pájaros, para comer langostas y cucarachas, para regalarle rubíes a las putas de oro, que se defecan sobre la libertad de prensa, y para matar a un cisne con un tornillo. Y un espejo grita loco, loco, loco, ¡¡¡¡¡¡subnormal¡¡¡¡¡¡. Estoy enamorado de un Dios de una belleza infinita pero su luz me ha cegado. .................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero. Todos los tontos quieren arreglar el mundo y el mundo no tiene arreglo. |
Poeta
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