Textos : Yo me volví loco en la Calle Antonio López de Madr |
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Yo me volví loco en la Calle Antonio López de Madrid.
Primero la calle se llamaba como un tío mío, Antonio López, y ya nada más que eso me hizo sentirme vigilado. Pero el caso es que yo alquilé un piso compartido en esa calle. La primera semana, mientras estuvo mi padre conmigo, no pasó nada, todo iba bien. Pero cuando mi padre regresó a Sevilla mi compañero de piso mostró su verdadera cara. Un día vine del trabajo y me puse a comer, a almorzar. Había terminado de comer y llegó mi compañero de piso al piso y vio que había mijitas de pan en la mesa. Acto seguido en vez de limpiar la mesa él o decirme: “Francisco, haz el favor de limpiar la mesa que está muy sucia”, me dijo: “Limpia la mesa que pareces un cerdo”, y se encaró conmigo buscando pelea. Me insultó y me dijo guarro buscando partirme la cara. Era bastante más alto y más fuerte que yo que por aquel entonces era un chaval bastante delgado. Yo estuve a punto de enfrentarme con él, pero decidí salir del apartamento, totalmente hecho polvo del disgusto, y me fui a tomar un café en un bar de la calle. El primer bar que vi era el PUB CACTUS, y pensé, mejor doy yo los pinchazos que que los pinchazos me los den a mi, así que no entré en la cafetería CACTUS, y seguí andando, el siguiente bar que había era un bar con cristales de cara a la calle, y yo quería algo más íntimo, así que me metí en el Bar “CASTILLA Y LEÓN”, que era el único que estaba abierto a esas horas de la tarde, y estaban poniendo en la tele de ese bar un partido de fútbol, había un montón de chavales viendo el partido y yo me senté debajo de la esquina del televisor, por lo que yo no podía ver el partido, me estaba tomando mi café y los chavales se reían y me miraban y yo, como tenía el susto en el cuerpo que me había dado el compañero de piso ni los miraba siquiera, pero en un momento dado un chaval se acercó a mi con el mando a distancia de la tele para dar más volumen al sonido, y en ese mismo instante yo creí que llevaba una pistola en vez del mando a distancia, porque yo estaba medio de espaldas a él, y me dió un susto a la vez que él y todos los muchachos se reían. Y en ese mismo momento enloquecí de miedo y de terror. De base tenía la paliza que me habían dado los chavales de Fuerza Nueva en Sevilla, y el navajazo que me había querido dar un chaval navajero frente al consulado de Portugal en Sevilla, o sea que cuando entré en el bar y vi a los chavales se incrementó mi tensión nerviosa, tensión que estaba por los aires debido a la pelea con el compañero de piso, y cuando aquel chaval vino con el mando a distancia y lo arrimó a mi nuca creí enloquecer. Me tomé mi café y regresé al apartamento donde la fiera de mi compañero de piso estaba ya sosegada. Pero yo había sufrido todo el espanto de un fusilamiento simulado. En fín, tendría mas de cuarenta anécdotas que contar pero yo soy fundamentalmente poeta, no escritor, y además solo puedo escribir con un dedo por lo que contarlas es una cosa muy trabajosa y yo ya además estoy jubilado. Cuando hablo de chavales me refiero a tíos que tenían la misma edad que yo, no a niños, que quede claro. Y eso sin contar los pingüinos que me han hecho en la sauna y en el Itaca. O sea que actualmente mi cerebro es una esponja, un cerebro devastado por el esfuerzo y la medicación, los dolores, los cambios de temperatura de las saunas y de las ciudades, los pingüinos, y los placeres. El problema de España y Cataluña es que España para Cataluña ha sido una vaca lechera, mientras la vaca ha dado leche Cataluña ha podido mamar de la teta, pero con la crisis a la vaca se le ha cortado la producción de leche y se ha puesto delgada y vieja, y entonces los catalanes han decidido matar a la vaca, despedazarla y comerse el lomo. ............................................................ Francisco Antonio Ruiz Caballero. Ah, y además circuncidado con 25 años. O sea que hay que añadir el trauma de la circuncisión. Estoy hecho a base de traumas. Innumerables. Innumerables traumas e innumerables disgustos. |
Poeta
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Y ADEMAS ME QUISIERON TIRAR A LAS VIAS DEL METRO DE MADRID.
Y TODO ESO SIN TOMARME UN PORRO SIQUIERA, QUE JAMAS HE PROBADO DROGAS.
Y MENOS MAL QUE NO HE COGIDO EL SIDA, PORQUE HE JUGADO CON FUEGO.
HAY QUE EXPLICAR QUE EL CHAVAL QUE ARRIMÓ EL MANDO A DISTANCIA A MI NUCA LLEVABA EL MANDO A DISTANCIA OCULTO EN LA MANGA DEL ABRIGO, POR LO QUE YO NO VI EL MANDO A DISTANCIA Y PENSÉ QUE ME IBA A PEGAR UN TIRO. MENUDO SUSTO ME DIÓ. ESE DÍA PERDÍ YO LA CORDURA TOTALMENTE. A PARTIR DE ESE DÍA YO NO VOLVÍ A SER EL MISMO.