Prosas poéticas : Nochecita De Buenos Aires |
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Nueve pisos a lo alto del ocaso y un ascensor que enjaula y eleva conmigo la carga emocional de tanta calle. Regresado, mi espíritu evalúa aquí lo necesario, lo poco todo que guarda mi cuarto. Cosas despreciadas de tan mías (como el amor de esa alguien que desespera en un retrato y un día decidirá faltarme). Pero esta influencia sonora, ciudadana, jamás abandonará mi cuarto: Más tarde, inspirados como yo por mi musa, despertarán con ametralladora sinfonía los sones de mi teclado; esa piel de sapo verrugosa y seca que acoso y hago croar noche a noche hasta la madrugada en este mi cubículo sombrío en medio del jardín fluorescente del florecido Buenos Aires. Y así, hasta la madrugada me arrullará el rugido pausado y violento de las ráfagas de marcha, frenada y marcha de huracanados colectivos y otros vientos: ¡Un grito! ¡Un suspiro! Una rabiosa sirena policial tras cruel suceso, y otra de ambulancia tras la vida. Descarga de casilleros con queja de vidrios. ¡Carcajada! Comunión de amigos borrachos, tiempo… Todo sonido y consecuencia treparán con escalera propia a vibrar en mi ventana para entrar, para estrujar y dispersar mis versos sobre mi lecho, diciéndome entre bostezos y ebriedad: ‘¡No sirven para nada!’ Un día me iré quién sabe a qué sitio perdido, arcano, indescriptible, inubicable, pero definitivamente de esta ciudad. ¡Ya verán! |
Poeta
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Muy nítido, sentido y con belleza intrínseca propia este trabajo. Estas letras transportan de inmediato a quienes pasamos por vivencias muy similares en esa hermosa ciudad. Un gran saludo de mi parte y felicitaciones.
Gus
Muchas gracias, Gus, muy amable. Este y otros que iré publicando son homenajes a mis alegres y no tanto, noches de insomnio en a la cuidad que como madre alternativa, me cobijó muchos años.
Saludos y hasta siempre.
Juan: Aprecio con gusto estas letras, con el tema significativo de su prosa, que usted ha tratado con acierto, y sensatez de ritmo y buen lenguaje. Así como con alegre tacto en su determinación discursiva. Le saludo y felicito. Le deseo la felicidad que humanamente sea posible.
Muchas gracias, Joel, por sus siempre objetivos conceptos, que son una poesía en sí, y le retribuyo sinceramente su saludo y buen deseo.