Prosas poéticas : ADELA |
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ADELA. Hacia tanto frio, un frio que devoraba los huesos, era una noche nostálgica y lluviosa, y en el quicio de la puerta, un hombre clamando cariño, y un trozo de pan. Adela no se percató de ello, pero presintió, la sombra de su madre, aquella madre, que había muerto de tristeza y soledad, cuando su amado, decidió abandonarlas. Adela, había crecido solo al lado de su madre, sin la protección y el amor de su padre, eran tantos años, que su rostro, había desaparecido de su mente. Esa noche aquel hombre, que parecía un vagabundo, llamo a la puerta de la casa, que alguna vez dejo, Adela lo hizo pasar. Lo alimento y lo resguardo del temporal, y en silencio escucho su historia, aquel hombre, espero el reclamo de Adela, rompió en llanto, fue entonces cuando ella lo abrazo. Y sin actitud irascible, le dijo: — hombre, siga su camino, pues no lo conozco, solo sé que mi madre, murió de amor, yo no he vivido en su pensamiento, y hoy usted no vive en mi alma, que Dios lo bendiga y a mí, que me perdone. Mónica Lourdes Avilés Sánchez. Derechos Reservados. |
Poeta
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Lo que nos recuerda, hombre y padre no es el que solo contribuye a procrear. Grato leerte hoy. Mis saludos de aprecio, y de un padre de mis hijas presente. Gus