Textos : HACE UNA HORA EN LA MURALLA DE LA MACARENA DE SEVI |
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HACE UNA HORA EN LA MURALLA DE LA MACARENA DE SEVILLA.
Estaba yo con mi perrito en los jardincillos de la muralla, iba andando, y a la altura del Hotel Macarena me cruzo con dos chavales de unos doce años de edad, iban con otras dos chavalas de unos doce años aunque no me fijé bien. Los dos chavales eran gordos, muy gordos, feísimos, asquerosos, repugnantes de gordos, asquerosos de verdad de lo gordos que eran. Y se me quedan mirando con mala leche, y hacen el ademán de venirse por mi para pegarme, aunque al final pasaron de largo. Qué hijos de la gran puta más gordos y más feos. Repugnantes, eran unos niños gordos autenticamente repugnantes, asquerosos de gordos. He sentido miedo. Si se llegan a venir por mi y me acosan tendría que haber abofeteado a alguno para defenderme y me hubiesen metido en la carcel, y yo hubiese enloquecido de impotencia. Eran monstruosos, dos gordos autenticamente vomitivos. Menos mal que no ha pasado nada. Cuando yo era pequeñito, con doce trece años, jamás salía a la calle solo, siempre iba con mi padre o con mi madre a todos lados, pero los niños de hoy día tienen unos padres de mierda que los dejan solos. Pero no me dan pena porque eran unos gordos asquerosos repugnantes. Oye, y no veían ni que iba con mi perrito ni nada, se venían por mi con la intención de pegarme los dos niñatos gordos asquerosos. Qué hijos de la gran puta más feos y más gordos, por Dios, qué asco. Esos ya han aprendido a dar palizas de la mala leche que han mamado de sus padres. Yo jamás paseé solo con doce años por la muralla de la Macarena, menudos niñatos gordos repugnantes, los padres de mierda que deben de tener. Qué asco, qué feos eran esos hijos de puta gordos asquerosos. Si llego a tener una pistola les pego un tiro. Necesito una pistola para defenderme, son peligrosos hasta los niños de doce años, ahora nacen con mala leche. En mi tiempo nacían personas, ahora nacen tigres de Bengala. Menuda educación les habrán dado sus padres de mierda. Oye, y no miraban ni que iba con mi cachorrito ni nada, tan solo se fijaron en mi cara y me odiaron, y eran gordos, gordos, gordos, verdaderamente gordos y nauseabundos. Necesito una buena pistola para salir a la calle que nunca se sabe quien te puede pegar. Aunque la verdad matar a dos niños de doce años es demasiado. A quienes habría que matar es a sus padres. Joder, qué feos eran, Virgen del Carmen. Eran más feos que la muerte. Qué gordos más repugnantes y asesinos. Y no miraban ni que iba yo con mi perrito ni nada. |
Poeta
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