Cuentos : UNA LEYENDA DE ALSINA |
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UNA LEYENDA DE ALSINA
Hace un tiempo que vivo en Alsina. Viejo barrio poblado de guapos, de inmigrantes de Europa del este y jardines con rozas de invierno. Lo primero que aprendí llegado al barrio fue que la calle Yean Yorés queda en el Once, la de aquí. la calle donde vivo, se llama Jean Jaures como está escrito. No te hagas el francés si sos de Alsina.. En la esquina de esta y Humberto Primo, había un boliche mugroso y oscuro, la vereda tapizada de tapitas de cerveza donde se jugaba al monte criollo con barajas de tarot. Por las noches, llegando media noche, entraba al bodegón como una sombra, un hombre alto de figura erguida, todo de negro con andar felino, " picado de viruela, bastante morocho, encrespado el pelo lo mismo que mota, un hondo barbijo en su cara rota le daba el aspecto de taura y matón ". Cuando llegaba el mostrador de estaño, el silencio repartía coscorrones él paladeaba su vino lentamente, se limpiaba con el dorso de la mano, se tocaba el barbijo, bajaba el ala del sombrero y se iba silbando en do menor. Y era entonces que se hablaba del ausente, de ese hombre cotidiano y misterioso al que nunca nadie se cruzó de día, no vio en el barrio, ni sabía su vida. A falta de esto, tal vez porque la ignorancia es la madre de las leyendas, fueron naciendo un montón de estas, que hablaban de amores contrariados, de duelos a cuchillo y muertes a traición. Los más viejos decían que era la reencarnación del Tigre Millán, que había vuelto a vengar su propia muerte. Y ete aquí, que la noche del día en que el boliche clausuró su puerta , pasaba yo rumbo a mi casa y me topé a un hombre mimetizado con las sombras, que me interrogó. .- Perdone Don, no sabe porque está cerrado el bar ?...Levanté la vista y para mi sorpresa me encontré con el que de acuerdo a lo escuchado parecía ser el legendario personaje. Pudo más la curiosidad que el temor y me detuve. .- A sí, me comentaron que lo vendieron para hacer un edificio. Eso es lo que se dice por ai.... Se acercó y pude confirmar, que efectivamente, todo en él coincidía con la descripción popular, su fisico, ropa, pelo, mirada y ese barbijo que le cruzaba la cara como marca en el orillo. Su voz nunca había sido descrípta porque nadie la había oído, pero armonizaba perfectamente con su figura. .-La pucha, dijo en un rezongo, como perdemos al barrio, vamos a tener que vivir de los recuerdos...Y usté pá donde vá.?... .- Pá las casas, a un par de cuadras nomás. Contesté, contagiado de su acento arrabalero. Y así fue que caminamos algunas cuadras hablando generalidades, hasta que a punto de separarnos me atreví preguntarle. - Perdone Don, pero usté por casualidad, y disculpe el atrevimiento nó,,, es la persona de la cual se cuentan historias, usté es el... El mentaoTigre Millán ?....- El Tigre, No, diande ?...Ese es un tango. Yo soy Justo Tapera, un jubilado nomás, el resto son fantasías para la gilada. Buscando una historia que justificara tanta leyenda, le hice la última pregunta.--Y el barbijo, Don Justo, quien se lo hizo ?... .- La almohada, amigo, la almohada . - NecoPerata Valentín Alsina, barrio del sur de gran Buenosa Aires, escenario de personajes de tango. |
Poeta
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Tu narrativa es maravillosa felicidades
Gracias Nilo, tus comentarios son muy generosos. Saludos.
Felicitaciones. Muy bueno, sencillo, de claro interés en su buena factura, deja un agradable recuerdo. Saludos y amistad siempre...
Gracias Joel, es un honor que vos me leas. Saludos afectuosos.
Es maravillosa la forma en que narras tus relatos. Cautivadora y sutil. Saludos. Claudia Alhelí Castillo
Yo también tengo barbijos
atravesándome la cara,
ningún atorrante me los hizo
que son los golpes del alma...
¡Bravo!