Poemas : LEIA |
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Inocente fantasía que se encaja en mis pulgares,
indiferente roce del viento, y el eco de tu voz que se desenfunda en una tormenta de palabras dolorosas hoy, el listón rojo se desató de mi meñique, y con cautela lo recogí y sostuve en mi pecho, pésimos pensamientos y recurrentes recuerdos que me llevan de una realidad a otra. Te escucharé una vez más, rogaré al tiempo que nos devuelva lo robado, déjame estar a tu lado una vez más. Frío como el invierno y cálida como la primavera, choque de fuerzas que se contrarrestan en un golpe de angustia y aun así... queda en ti esa luz, queda esa opaca sensación de que todo se mantiene bien y que el mundo ya no esta sobre nuestros hombros, te esfuerzas una vez más, y me vuelves a convencer de ello, ¿Cuando pararás de pensar en esto? Sobrecogida puedo ver sus ojos, destellando una pequeña esperanza, me mantengo fría por un instante y siento las manecillas del reloj correr sobre mi, el tiempo se detiene en una eternidad falsamente otrogada a mis manos, sin poder controlar lo que pienso, siento como esa calidez recorre mis venas, solo así camino una vez más, las sombras envuelven lo que en secreto yo aclamo entre sollozos tortuosos, poco a poco cada que rozo con él puedo ser capaz de mirar hacia otro y seguir, dejando ese sentir atrás, pétalos caen al suelo y pasan casi desapercibidos ante mi mirada, abro mi corazón una vez más y lo encuentro, en el camino que nunca es transcurrido, por donde siempre eres herido, y me pregunto, ¿Por qué es tás aquí hoy a mi lado?, inconclusa la respuesta acaricio su piel porcelana, con una dulce ilusión enmarcando mi cara. La luz del se apaga con un resplandor anaranjado plasmado en las hojas de los árboles al rededor, te veo de nuevo frente a mi, es imposible evadirte una vez más, casi pareciera que es otro sueño más, un aroma suave llega a mi, espero por ver si acaso me abrazaras pero sitúas tu mano junto a la mía y dejas antes de dar la espalda una orquidea sostenida entre mis dedos, te despides y te veo partir hacia el final del día, respiro con un poco de alivio al verte bien, de regreso me recuesto y mantengo la orquídea sujetada con fuerza en mi mano, con la fiereza que protegería nuestro amor, dictando palabras sagradas de pasión, esperando que resuenen algún día en tu voz, cierro los ojos y todo se ha acabado por hoy, el día se marcho y el tiempo de nuevo no me esperó... Rellena de fantasías y completamente extasiada de las palabras que corren por tus labios, esas entonadas notas que da tu voz; ese hermoso sentimiento que encuentro cuando te veo venir y la desagradable angustia que hay cuando te veo partir, es como si mi mundo se apagara una vez más hasta que te vuelvo a encontrar y como una muñeca vieja me dejas; velas por mi y aun así, yo no siento ese amor venir hacia mi, fluye con tanta dificultad como la sangre espesa en mis venas que poco a poco me empieza sofocar... ¡Quiero decir te amo una vez más!, susurrartelo a los oídos, bajito, con el mismo sentimiento lleno de dolor y tristeza, sé que eres prohibido amor mío, prohibido incluso para mi, tabús de los que me hago quimeras, mentiras en las que vivo día a día. Si solo puedo sostener tu mano una vez, con solo ver tus ojos antes de morir y rezar por tu felicidad antes de dejar de respirar si encontrara forma de borrar todo lo que hubo entre los dos mantendría mi promesa latente detrás de mis labios. Te observaré de lo alto, te tendré en mi corazón, guardado, en mi empalagoso afecto... Y recito unos cuantos versos con cariño, con desprecio, con aferro. Cuando el mundo deje de correr sabré que todo se acabó y podré levantarme y caminar entre muertos, espera que ya casi llego, mantente conmigo, el suelo es frío, me despido con un soplido, y con una bala que atraviesa mi corazón herido, me rompo en dos y me dejo llevar por el viento en mil hojas de otoño que cubren mi cuerpo al morir... bésame amor, bésame, abrázame y aférrate a mi hasta que muera entre tus cálidos brazos, una y otra vez... mientras mueres en mis pensamientos, te mato en mis palabras y nos sacrifico en la eternidad LEIA... |
Poeta
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